River sigue empantanado y la incertidumbre rodea a un ciclo Gallardo que no termina de despegar
River continúa buceando en su mar de preguntas de cara a un cierre de año en el que se sigue encontrando a cada paso con nuevas obligaciones. Luego de ganar aire con la necesaria victoria frente ...
River continúa buceando en su mar de preguntas de cara a un cierre de año en el que se sigue encontrando a cada paso con nuevas obligaciones. Luego de ganar aire con la necesaria victoria frente a Racing en Rosario para continuar en la Copa Argentina, ayer regresó a Rosario y cayó 2-1 con Central en un duelo directo por los primeros puestos de la tabla anual. El Millonario sumó su tercera caída en fila en el Torneo Clausura (cinco derrotas en los últimos seis partidos oficiales por todas las competiciones) y ahora deberá recuperar el terreno perdido, con un aliciente que potencia el contexto de dificultad: el domingo frente a Sarmiento tendrá ocho bajas en la Fecha FIFA.
Incertidumbre. Eso genera este River, que todavía no puede afirmarse ni consolidar un once titular. Eliminado de la Copa Libertadores en un año con diversos cachetazos, el margen se ha achicado considerablemente y tanto el Clausura como la Copa Argentina le exigen reacciones a un equipo repleto de vaivenes. Por eso el futuro se le presenta como una incógnita luego de los tres encuentros perdidos contra Atlético Tucumán (0-2), Deportivo Riestra (1-2) y Rosario Central (1-2). Esta mala racha, que no se daba desde 2019 en un torneo local, lo bajó al cuarto escalón de la Zona B y al tercero de la tabla anual con 49 puntos, detrás de Central (53) y Boca (50). Por eso hoy está en zona de clasificación a Fase 2 de la Copa Libertadores.
El próximo domingo llegará Sarmiento en el Monumental sin los citados a sus selecciones, perdiendo así más de medio equipo titular: Gonzalo Montiel, Lautaro Rivero y Marcos Acuña estarán con Argentina; Kevin Castaño y Juanfer Quintero jugarán con Colombia; y Matías Galarza hará lo propio con Paraguay. Además, tampoco tendrá al expulsado Juan Portillo y será la segunda y última fecha de sanción para Maximiliano Salas. Luego de jugar con el Verde de Junín, llegará Talleres en Córdoba, en dos presentaciones que pueden ser determinantes para lograr su boleto a la Copa Libertadores 2026.
Esos serán los únicos dos juegos previos al cruce de semifinales de Copa Argentina ante Independiente Rivadavia de Mendoza, previsto inicialmente para el viernes 25/10 en Córdoba -aún sin confirmación oficial-. Más adelante aparecen en el calendario Gimnasia como local y el duro cierre ante Boca y Vélez como visitante. En esos cinco partidos del Clausura se jugará su puesto en una tabla anual que también tiene a Argentinos Juniors y Deportivo Riestra acechando.
¿Qué puede rescatar como positivo? Que las dos presentaciones en Rosario le dejaron una continuidad: River mejoró después de los cuatro juegos perdidos y mostró una imagen diferente tanto frente a Racing como contra Central, en dos partidos pesados con rivales de exigencia. El equipo respondió anímicamente y, aunque en el final se sintió el rigor de los dos duelos en cuatro días, dijo presente. Aún con sus inconsistencias futbolísticas que le impiden salir de la irregularidad. Ayer vendió cara su derrota con un jugador menos desde los 39 minutos del primer tiempo en una noche caliente marcada por el arbitraje de Yael Falcón Pérez. Pero, tal como dijo Marcelo Gallardo, también le falta ser más inteligente para reducir el margen de error: suma cuatro expulsiones en los últimos siete duelos.
“Hay que hablar y ser inteligentes. Se habla y el jugador asimila. Entiendo que las pulsaciones adentro están a mil, pero en partidos calientes hay que ser inteligentes, tener templanza y aprender. Nos viene pasando seguido. Creo que es incómodo tener que jugar con un hombre de menos, y eso hace que suframos las consecuencias. Hay que aprender”, dijo el DT y analizó: “Creo que desde la postura estuvimos bien. Iniciamos bien el partido, estuvimos bien parados, nos pusimos en ventaja y estábamos muy bien en el partido. Creo yo que en el mejor momento nuestro de los últimos tiempos, producto de que vinimos a jugar después del jueves un partido difícil, en esta cancha, decididos. Y estuvimos en el partido hasta la expulsión, que nos condicionó. Jugar con diez es difícil, acá y en cualquier parte del mundo. Tenemos que ser más inteligentes, corregir eso, porque nos viene pasando seguido. Pero en general, después, con diez mismo, el equipo mostró una actitud de ir a buscarlo, en inferioridad numérica y una situación adversa, así que no le puedo reprochar nada desde ese lugar. Dejaron todo más allá del contexto”.
Sumado a eso que marcó el entrenador, hay una constante que se dio todo el año cada vez que el equipo pudo encontrar algunas señales positivas: entre lesiones y suspensiones, decisiones cambiantes del DT y vaivenes en los niveles individuales, le costó consolidar una base titular. Ahora, al menos, el Muñeco espera recuperar a Enzo Pérez tras su profundo corte en la rodilla izquierda y a los atacantes Pity Martínez y Sebastián Driussi de sus respectivas lesiones musculares para sumar variantes a un plantel que quedará diezmado. Un poco más atrás aparece Maximiliano Meza, terminando su preparación física y futbolística tras operarse a comienzos de julio por una tendinopatía rotuliana.
Respuestas inmediatas. Eso necesita River para no quedar con la soga al cuello. Más allá de que la Copa Argentina se presenta como una gran carta para poder cerrar el año con una alegría, el equipo tiene que dejar atrás la mala racha en el Clausura antes del superclásico para volver a posicionarse entre los clasificados directamente a la Libertadores. Meterse en la fase de grupos de la próxima Copa es el piso mínimo de este año problemático en el que ya debe priorizar minimizar el daño a futuro.