El verdadero valor del fracaso
“He fracasado en todo, sin excepción”. Es la confesión descarnada de aquel que intenta varias cosas sin lucirse en ninguna: el hombre sin talento. Se llama Sukezo Sukegawa, fue dibujante de m...
“He fracasado en todo, sin excepción”. Es la confesión descarnada de aquel que intenta varias cosas sin lucirse en ninguna: el hombre sin talento. Se llama Sukezo Sukegawa, fue dibujante de manga, la historieta japonesa, después se puso a vender piedras del río y cámaras fotográficas usadas y hasta se empeñó en descubrir la cura contra el cáncer o las hemorroides, pero inevitablemente fracasó en todo. En El hombre sin talento, la extraordinaria historieta de Yoshiharu Tsuge recién publicada acá, la ficción trazada a tinta de Sukezo se cruza con la realidad del autor (maestro en su género, un día se cansó de dibujar y se puso a vender… piedras) y devela el dilema existencial de la época: frente al imperativo del éxito, ¿cuánto vale el fracaso?
“No puedo más con tus bobadas”, se queja la esposa de Sukezo, harta de los emprendimientos del marido (el manga, una tienda de antigüedades repleta de objetos falsos, las piedras, las cámaras…) y que enseña a su hijo a decirle “bicho” a su padre
Nada. “No puedo más con tus bobadas”, se queja la esposa de Sukezo, harta de los emprendimientos del marido (el manga, una tienda de antigüedades repleta de objetos falsos, las piedras, las cámaras…) y que enseña a su hijo a decirle “bicho” a su padre. ¿Y qué es un bicho en el lunfardo japonés? “Algo que no vale para nada en este mundo”. Escrita y dibujada en 1985, pero ahora traducida al castellano, El hombre sin talento es una obra maestra del género gekiga, la novela gráfica japonesa dirigida a los lectores adultos en la que se exponen los traumas del único país que sufrió dos bombas atómicas y de una sociedad de consumo exprimida hasta la gota final. El propio Tsuge es un ejemplo de abandono: después de su última obra, justamente titulada Despedida, no volvió a dibujar ni se dejó ver en público. Como su antihéroe, antes había fundado y fundido un negocio de venta de cámaras fotográficas, pero después se recluyó en su casa y porfió en el acto revulsivo: en pleno éxito, priorizó sus (pocas) ganas.
“¿Dónde está el arte en la industria? ¿Es posible que exista arte dentro del entramado industrial? ¿Qué es lo que crea el artista?”, se pregunta el crítico español Álvaro Pons en el epílogo de El hombre sin talento, uno de los mangas más importantes del Japón que vendió más de 158 mil ejemplares, se tradujo a decenas de idiomas y se convirtió en una película. Al elegir el suiseki, el antiguo arte de encontrar belleza en las piedras naturales, Sukezo plantea un debate sobre el papel del artista (¿hasta qué punto es creador de algo si eso ya estaba en la naturaleza?) y reflexiona sobre el valor de aquello que no tiene costo ni precio en un mundo obsesionado por el rendimiento. En blanco, negro y gris, con unos rostros expresivos que develan los sentimientos de los personajes y el sentido de lectura de derecha a izquierda en el que la última página es la primera y así, esta obra consagra la historieta como género mayor: en su pesimismo decadentista, uno se compadece del hombre que vive en la pobreza y la desilusión y al final se conmueve cuando descubre el sentido de su renuncia, casi un manifiesto existencialista: “Dejar de ser para volver a ser”.
La suerte le reserva más de un traspié a Sukezo, que seguirá intentando. Sin talento alguno, en un mundo en el que el don más vistoso es el que permite hacer dinero, explora la ribera del río en búsqueda de las piedras filosofales. La tarea es difícil. Hay tantas, y tantos como él, que la comparación los emparenta: “Quizá sean un poco como yo, pasan desapercibidas”.
ABCA.A los 87 años, Yoshiharu Tsuge es una leyenda: dibujante, escritor y ensayista, dejó de publicar en 1987 y desde entonces vive recluido en su casa de Tokio.
B.Su obra es autobiográfica: maestro del gekiga, la novela gráfica para adultos, tiene un tinte surrealista y pesimista, con dosis de humor y belleza.
C.Ahora se publica El hombre sin talento en castellano, una reflexión agria sobre el sentido de la vida y el arte en un mundo que prioriza el éxito y el lucro.
Fuente: https://www.lanacion.com.ar/conversaciones-de-domingo/el-verdadero-valor-del-fracaso-nid19102025/