River cortó la sangría: los cambios y una jugada made in Madrid, claves del 2-0 a Talleres en Córdoba
River se vuelve de Córdoba con un triunfo necesario. El 2-0 sobre Talleres por el torneo Clausura gracias a los goles de Gonzalo Montiel y de Maximiliano Meza le permite dejar atrás una racha de ...
River se vuelve de Córdoba con un triunfo necesario. El 2-0 sobre Talleres por el torneo Clausura gracias a los goles de Gonzalo Montiel y de Maximiliano Meza le permite dejar atrás una racha de cuatro derrotas consecutivas. Y lo hace justo en la semana en la que deberá volver a la Docta para jugar con Independiente Rivadavia una semifinal de la Copa Argentina, uno de los dos objetivos que le quedan al equipo en el semestre. El otro es el Clausura, en el que recuperó algo del terreno perdido.
Tres héroes de Madrid armaron la jugada que encarriló el partido de River. La urdió Juan Fernando Quintero, Milton Casco buscó el arco, la pelota dio en el palo y definió Gonzalo Montiel. Se jugaban 38 minutos del primer tiempo en el Mario Alberto Kempes. Y no se había jugado nada.
Pero, hasta ese momento, el equipo millonario había mostrado que su futbolista distinto era Quintero. El 10 colombiano, sin embargo, casi nunca tuvo con quién descargar hacia adelante. El equipo, tan voraz hace unos meses -hace unos años- ahora está en una versión herbívora. Que hasta desconfía de sus virtudes tan bien aprendidas. Y que en lugar de ser vertical y buscar el arco rival en cada posesión, ahora toquetea hacia atrás. Un fútbol sin relieve. Gris. Hasta el propio Marcelo Gallardo se exasperó ante tanto pasecito intrascendente y le reclamó al colombiano Kevin Castaño que se ofreciera como alternativa. Que se moviera.
El Muñeco entiende que allí, en la mitad de la cancha, está -o debería estar- la solución al problema actual de su River. En la elaboración de las jugadas. El gol, que los árbitros le dieron a Montiel, pero que tuvo la involuntaria colaboración del arquero cordobés, Guido Herrera, fue la síntesis de lo que pregona el entrenador millonario. Y fue, también, la única maniobra de cierto vuelo futbolístico que los de Núñez pudieron armar en todo el primer tiempo. River, entonces, fue pura contundencia: una jugada, un gol.
Talleres llegó al empate minutos después. Lo hizo con una segunda jugada: la defensa millonaria no pudo despejar una pelota que vino… ¡de un lateral!, Federico Girotti -ex River- remató al arco, Franco Armani -otro héroe de Madrid- hizo lo que pudo y Augusto Schott convirtió con el arco a disposición. Montiel levantó la mano y pidió offside. Ariel Penel, el árbitro, fue hacia la mitad de la cancha, mientras la jugada era revisada en Ezeiza por el VAR. Los asistentes tecnológicos se demoraron más de cuatro minutos en resolver el enigma. El trazado de líneas mostró la posición adelantada del goleador de la T. River mantuvo entonces la ventaja que lo tranquilizaba. Sabía que una derrota en la Docta equivalía a entrar en los libros de Historia: nunca perdió cinco partidos seguidos en el profesionalismo. Llevaba cuatro.
El problema para River fue que Carlos Tevez, entrenador de la T, hizo mejor los deberes en el entretiempo que Gallardo. Ajustó la marca sobre Quintero, que comenzó a aparecer en forma más esporádica. Y monopolizó la pelota. Al equipo del Muñeco no le quedó más alternativa que esperar y apostar a una contra. No parece estar preparado para ese partido. No lo lleva en su ADN, al menos. Gallardo movió fichas: afuera Quintero y Driussi; adentro Maximiliano Meza y Facundo Colidio. A Juanfer, autor intelectual del gol en el primer tiempo, no le gustó nada la decisión de su “padre” futbolístico y se desquitó con un acrílico.
La apuesta del Muñeco fue un pleno instantáneo. Porque Colidio se hizo un autopase con caño incluido a Palomino. Y luego le dio una asistencia a Meza para que anotara el gol del 2-0. La jugada había comenzado con la presión de Galarza Fonda luego de un lateral de la T. Tres de los cuatro cambios introducidos por Gallardo en el partido.
Una gran jugada a menos de quince minutos estuvo a punto de darle el tercer gol a River. Pero Colidio y Castaño… ¡se chocaron! a la hora de la definición tras un centro de Montiel y al exBoca le salió un tirito. Débil, a las manos de Herrera. Y desde una posición inmejorable. Mientras la gente cantaba en Córdoba el clásico “Movete, Talleres movete”, el que se movía era River.
Compacto de Talleres 0 vs. River 2Ese gol de Meza hizo que River se la creyera. Casi no pasó sobresaltos hasta el final del partido, por más que Talleres se animó a jugar en los dominios de Armani. El Millonario revirtió la tendencia de los últimos partidos y se mostró como un equipo confiable, sin grietas defensivas importantes. Además, tomó buenas decisiones en ataque y su triunfo -balsámico, impostergable- nunca estuvo en duda.